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miércoles, 26 de julio de 2017

Juego de Tronos 7x02: Bajo la tormenta

Sigue siendo invierno en julio gracias a Juego de Tronos y, como prometía el espectacular inicio de la séptima temporada, va a ser una temporada breve (de solo 7 episodios) pero intensa.

Así que, con un espectacular "¿Comenzamos?" de Daenerys Targaryen acabamos el anterior capítulo... Para volver a comenzar este con ella. Está en Rocadragón reunida con gente de su confianza y con Varish. La madre de dragones no se fía de él, y con razón. Aunque el eunuco intenta convencerla sobre sus razones para defender a otros reyes antes que ella (el tema recurrente durante toda la conversación fue su padre, el Rey Loco, y lo mal rey que fue), no se termina de fiar. Así que le jura que, si la traiciona, arderá vivo. Y yo de él, me lo creería.


En Rocadragón, como intuíamos la semana pasada, es donde se va a concentrar la acción. Porque allí es donde se empiezan a hacer los primeros reencuentros con Daenerys. El primero de ellos, el de Melisandre, la sacerdotisa roja. Ella también sirvió a otro rey (Stannis Baratheon) que no acabó muy bien. Pero no viene aquí para hablar de cuánto le gustaría servir a la nueva reina, sino de una profecía que habla de un príncipe... O princesa. Porque parece que la destinada a cambiar el mundo es Daenerys, pero Melisandre no olvida que el Señor de Luz hizo posible la resurrección de Jon Nieve. Así que la sacerdotisa no duda a la hora de hablar a la madre de dragones sobre el Rey en el Norte y sobre lo importante que sería una alianza entre ellos. Así que Daenerys, viendo que Tyrion lo aprueba (recordemos que estuvo casado con Sansa Stark), le invita a Rocadragón. ¡Al fin!

Han sido los dos protagonistas indiscutibles de esta serie. Al menos, dos de los que más destacaban. Y en parte es porque no han tenido interacción entre ellos en ningún momento. Al fin parece que van a reunirse... ¿O no? Porque Jon recibe el mensaje de Daenerys, pero no termina de fiarse de ella. Ni Sansa ni ninguno de sus consejeros se fían. No solo porque sea una Targaryen y no se fíen de ellos (en fin, si supieran a quién acaban de coronar rey) sino porque tienen a un Lannister entre sus filas, por mucho que sea Tyrion. Y, sobre todo, tienen dragones, y eso da miedo. Pero Jon cree que pueden ser de ayuda contra los caminantes, la verdadera amenaza, así que parece que se lo piensa un poco. O lo aparca a un lado.


La otra amenaza, Cersei Lannister, mete miedo a los suyos sobre la llegada de Daenerys a Poniente. Sabe que puede acabar con ellos de un plumazo si quiere, porque tiene la ayuda de mucha más gente que ella y, sobre todo, los dragones. No nos olvidemos de ellos, que son importantes. Así que intenta asustarles un poco y animarles para acabar con ella. Ellos no parecen muy convencidos porque, vamos a ver, por muy mala que sea Cersei, son dragones. Pero Cersei tiene esperanzas en acabar con ella y con Olena Tyrell, a quien no pudo matar a la vez que sus nietos. 

Cersei en parte tiene esperanzas porque está preparando un arma para acabar con los dragones y, para probarla, tiene los tesoros de su marido Robert, los restos de los dragones de Aegon Targaryen, que conquistó los siete reinos.

Mientras, Sam la semana pasada se encontró con una llamada de auxilio de Jorah Mormont, que padece psoriagris en un estado demasiado avanzado. Tanto que uno de los maestres le da a penas un día de vida. Aunque Sam no está muy por la labor de que esto suceda y, por primera vez, empieza a coger algunos libros para investigar la enfermedad, por mucho que le digan que curarla es imposible.


Volvemos a Rocadragón con Daenerys y el resto de sus aliadas. Porque sí, son prácticamente todo mujeres, y nos encanta ver tanto poder en manos femeninas. Los Tyrell y los Greyjoy están con Daenerys, y también lo está Dorne. Con Olena Tyrell, Yara Greyjoy y Ellaria Arena de representantes de sus casas, Tyrion y Daenerys ponen su plan sobre la mesa: los ejércitos aliados van a Desembarco del Rey y, mientras tanto, el ejército de Inmaculados de Daenerys va hacia Roca Casterly, para acabar con el hogar de los Lannister. Y aunque no están muy conformes al principio, parece que finalmente el plan les convence. Aunque no a todos, porque Olena Tyrell admite la inteligencia de Tyrion, pero invita a Daenerys a desobedecerla: "eres un dragón. Sé un dragón".

Con el líder de los Inmaculados vamos a parar después de esta reunión. Gusano Gris está en su habitación y Missandei va a despedirle antes de que se marche a la lucha. Y entonces tiene lugar una escena también esperada. Gusano Gris admite que Missandei es su debilidad, lo que para un Inmaculado es prácticamente como decir que la quiere. Porque tiene miedo por ella. Y entonces ambos se besan y os imagináis el resto. O lo veis, porque la serie no se anda con medias tintas.


De vuelta a la Ciudadela, Sam entra de noche en la celda de Jorah y, con unos cuantos libros e instrumental en la mano, se dispone a intentar curar a Mormont su enfermedad a base de quitarle las capas de roca de su piel. Una escena un tanto desagradable que unimos, como viene siendo costumbre en lo que a Sam se refiere, con un poco de comida de una taberna en la que se encuentra Arya.

En esta taberna, la chica se encuentra con un viejo amigo, Pastel Caliente. El chico invita a Arya a una empanada mientras la pone al día sobre las noticias de Poniente. Entre ellas, que Invernalia ya no está en manos de los Bolton. Sino que Jon Nieve y su hermana Sansa Stark están allí. De repente, parece que el plan de ir a Desembarco del Rey puede esperar.

A Invernalia nos trasladamos, y es que hemos dejado una incógnita en el aire. Jon había recibido una carta de Tyrion en la que le invitaba a ir a Rocadragón y no se fiaba. Pero cuando recibe una carta de Sam diciendo que en Rocadragón hay reservas de Vidriagón (el material que puede acabar con los caminantes blancos), la decisión parece que está tomada. Tiene que ir allí para hablar con Daenerys y hacer un pacto. Y no puede ir otro, por mucho que sus aliados quieran que el Rey permanezca en el norte, porque si van a hablar con una reina, será un rey el que tenga que ir a hablar con ella. ¡El reencuentro está al llegar! Hemos esperado siete temporadas, pero lo tendremos.


Y, aunque Sansa no está muy por la labor de que su hermano se vaya, Jon admite dejar Invernalia en buenas manos: las suyas. Las de una verdadera Stark. Y la chica claro, se emociona. El que también se emociona en sobremanera es Meñique, que está por ahí pululando y quiere un poco de su reconocimiento por salvar el culo a Jon en la Batalla de los Bastardos. Y, de paso, decirle que quiere muchísimo a Sansa. Y Jon, como sabe que Meñique no es trigo limpio, le amenaza con matarle si se atreve a tocar a su hermana. Tipo de hermano número uno, luego hablaremos del segundo tipo de hermano.

Porque antes hay una escena importante. Antes del final (impactante también), Arya se encuentra en un bosque con Nymeria, su loba. Se miran durante unos instantes, en los que Arya aprovecha para decirle que va a casa, a Invernalia, que vaya con ella. Pero la loba huye y Arya dice: "no eres tú". Una escena llena de significado porque habla sin decirlo del cambio de ambas y de lo que ha crecido Arya en todo este tiempo. Ninguna de las dos es la misma, y tendrán que aprender a vivir con ello.


El final lo patrocina una batalla. Porque Juego de Tronos no es tal si no hay lucha y muertes de por medio. Y a cargo de las muertes está Euron Greyjoy, tío de Theon y que quiere acabar con sus sobrinos para hacerse cargo de toda la flota de las Islas del Hierro y poder ofrecérsela a Cersei. Así que llega allí con sus hombres y se dedica a matar a unos cuantos hombres y, además, a dos de las hijas de Ellaria Arena. Y, cuando está a punto de matar a Yara Greyjoy, su querido hermano, que podría hacer algo para evitarlo... Salta por la borda. Euron se ríe y nosotros nos quedamos ahí, sin saber del todo si la muchacha muere (creo firmemente que sigue con vida) y con Theon vagando por el mar en un trozo de madera al más puro estilo Titanic. Sólo que él no se sacrifica por nadie. Aquí el tipo de hermano número dos.

Guau. En eso se puede resumir este episodio. Porque Juego de Tronos ha vuelto con fuerza y, si pedimos batalla, eso tendremos. Y no me refiero solo a esta, porque parece que la gran batalla está al caer y va a ser espectacular. Yo de momento pido el reencuentro, si sabéis a lo que me refiero (no voy a negarlo, llevo esperándolo desde el 1x01. Para mi ya están casados). Y todo parece indicar a que vamos a tenerlo. Ojalá sea pronto.

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